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TEATRO INFANTIL LA BOTIJA

PRESENTACIÓN EN EL PROGRAMA CHOCALA DEL CANAL LA TELE

VIDEO FOTOS TALLERES DE NIÑOS Y ADULTOS

Resumen de los talleres de niños y adultos 2009-2010

SHOW TEATRO NEGRO DE TITERES NUEVO

BIENVENIDOS A LA BOTIJA

NUEVOS TITERES PARA SUS FIESTAS

NUEVOS TITERES PARA SUS FIESTAS

La Botija te brinda el mejor espectáculo "Animaladas" con sus nuevos titeres de "Folkmanis"

QUIENES SOMOS

QUIENES SOMOS

El Teatro Infantil La Botija, creado en Venezuela, en 1991 por Reinaldo Mirabal, comienza su búsqueda con la finalidad de estimular la creatividad infantil, fomentando así valores éticos y morales en la sociedad actual.

Dedicada a la integración de las artes La BOTIJA se a dado a la tarea de rescatar el Teatro Infantil en su forma mas pura, al títere, al juglar, a la mascarada entre otras manifestaciones teatrales y a la vez contribuir recreativamente al desarrollo integral del niño formandolo teatralmente, estimulandolo por medio de talleres y practicas teatrales.

En el campo teatral la agrupación a explorado los espacios escénicos no convencionales, utilizando técnicas en la que destacan los títeres en todos sus géneros (de guante, marote, de dedo, esperpentos, mascaras, bunraku, de sombras etc.) el juglar, el mimo, y demás. Todos bajo la magia del teatro infantil hecho por niños, para niños, definiendo así nuestra propia identidad

Como objetivo primordial la agrupación, se a dado a la tarea de incentivar la lectura en el niño, mostrando de una manera mas fresca los clásicos y actuales literarios; ya que para nosotros el teatro infantil es una suerte de mascarada en la que se mezclan el bien, el mal, la bondad, y la crueldad y por medio de la imaginación se llega a la moraleja. En nuestros montajes combinamos los lectores(el ser humano) con los títeres(lo fantástico), con el fin de establecer la variedad y mover la inmaginación del publico infantil. Para nosotros los adultos: los títeres nos hacen regresar a nuestra infancia, por eso al dirigirnos a los niños nuestra intención es compartir sus sueños y entender sus inquietudes. Un juego de participación que los lleve a establecer un puente con la máscara, porque la máscara es la actitud, el sentimiento desnudo. Con esto lo que pretendemos es Fomentar en el niño el espíritu critico que le permita asirse de sus propias ideas y conocimientos, abriendo un puente entre él y su conciencia Creando un nuevo lector con mejor rendimiento escolar fomentando la sana discusión entre padres e hijos.

LA BOTIJA no sólo se dedica a las representaciones de teatro y títeres, también dictamos talleres de teatro, títeres, elaboración de mascaras, teatro instantaneo, cuenta cuentos, mimos, voz y dicción, poesía, elaboración de teatrinos, reciclaje, origami y otros, dentro de escuelas e instituciones que a su vez nos permitan acercarnos a las clases sociales más necesitas

Son muchos los sueños y las metas que nos quedan por cumplir, pero como lo sugiere nuestro nombre, seguiremos sembrando botijas llenas de sueños, magias y fantasías en los corazones de los niños venezolanos y mostrando nuestro arte alrededor del mundo

“ PARA LOS NIÑOS TRABAJAMOS

PORQUE LOS NIÑOS SON LOS QUE SABEN QUERER

PORQUE LOS NIÑOS SON LA ESPERANZA DEL MUNDO

Y QUEREMOS QUE NOS QUIERAN

Y NOS VEAN COMO PARTE DE SU CORAZON”

José Martí

Ojalá y algún día, todos podamos sonreír por nuestra propia voluntad, sin ser títeres de la existencia y que la vida sea tan hermosa y digna que de verdad podamos sonreír”

“El infinito es el limite el sueño, la realidad”

Reinaldo Mirabal

Director General

Email: teatroinfantillabotija@gmail.com

Telefono: (58)416.4279431



SOBRE REINALDO MIRABAL

SOBRE REINALDO MIRABAL

Reinaldo Mirabal director del Teatro Infantil La Botija, Caracas, Venezuela, es Licenciado en administración de empresas turísticas, Licenciado en artes escénicas mención dirección y actuación, Dramaturgo Infantil y Locutor   
 
Actor, Productor y Director con más de 20 años en escena. Ha realizado estudios de teatro en la escuela de arte de la UCV, el taller permanente de biblioteca nacional de Julio Riera, el taller de arte dramático de Natalia Silva y Andrés Magdaleno, La Escuela Juana Sujo entre otros. En Italia cursa estudios avanzados en dirección y manipulación de títeres en el núcleo "Taller escuela de títeres para adultos" LA UNITÁ GENOVA y en la ciudad de FLORENCIA. En Venezuela realiza talleres , participado en las clases magistrales realizadas por Phillippe Gentile en el marco del festival internacional de teatro en Caracas, además de talleres de sensibilización y manipulación con Sonia González del teatro Naku, ha participado en más de setenta obras. Ha formado parte en las siguientes agrupaciones: Los Carricitos, teatro Cafetal, teatro Lectura, teatro Tilingo, Compañía Siglo de Oro, Compañía Nacional de Teatro, Teatro la Comedia y Teatro Negro de Títeres La Botija la cual Funda en el 91 y dirige hasta la fecha presentándose en ciudades y países tales como Colombia, México, Guatemala, Italia, España, Suiza, Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba,Ecuador, Chile, Aruba, Bonaire, Curazao y  Venezuela. En la actualidad, además de sus funciones con La Botija se desempeña como docente y director teatral infantil en distintas instituciones como la Fundación Ballet de las Américas, Academia M Gisselle entre otras donde forma niños, jovenes y adolecentes en artes teatrales. Ente sus ultimos montajes destacan, Cuentos Bajo La Luz de La Luna, Volvamos a Nuestros Orígenes, Sueños de Navidad y el Espectaculo multidiciplinario Peter Pan.

EL EMBRUJO DEL TEATRO DE TÍTERES

EL EMBRUJO DEL TEATRO DE TÍTERES

 

 

"El Embrujo del Teatro de Títeres cuenta la historia de este bello arte, sus tipos de técnica, los personajes que lo componen, en que se diferencian sus obras y como llegaron al nuevo mundo.

Por Reinaldo Mirabal


" Digole a vuestra merced, Señor Don Quijote que es una de las cosas más de ver que hoy tiene el mundo"

Cervantes: "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la mancha" - Segunda Parte. Cap. XXV

LA GRAN FAMILIA

Hace ya muchos años, en el transcurrir del siglo pasado, fue uno de los muchos excavadores del suelo egipcio, de cuyo nombre no quiero acordarme, descubrió en un sepulcro del Valle de los Reyes, en la tumba de la sacerdotisa de Osiris, la bailarina Jelmis (" Su preciosa bailarina", según se lee en el sepulcro), junto a su momia, halló un bello barquito de madera tripulado por figuritas de marfil, de mas de cuatro mil ochocientos años de antigüedad, y una de esas figuritas estaba articulada, pudiéndose poner en movimiento mediante hilos. Es decir, una marioneta, semejante a las viejas nuestras movidas por añagazas para holganza de grandes y chicos. El descubrimiento movió a asombro a todos los titiriteros, que buscaban raíces de este bello Arte en la antigua Grecia y el principio de su incremento en la Roma de los mimos y Danzantes. Entre los ciegos e incrédulos que sólo aceptaban el teatro de títeres como intracendente recreo para niños e ingenuos, causó el hallazgo un revuelo de interés que culminó en admiración hacia el tan desdeñado Arte de los muñecos. Las viejas figuras clásicas de la farsa- Polichinela, La Madre, El Doctor-, cobraron insospechado humanismo en el mundo occidental y llegó a considerarse a los titiriteros como verdaderos hacedores de Obras de Arte, ya no que como simples farsantes. Faltaba la rúbrica autoritaria de una civilización más culta que revelara el valor estético del Arte de los Títeres. El Teatro de Títeres que en el siglo XVII había ya cundido en toda la Europa enforma menos exuberante que en Oriente, viose robustecido en espíritu y su energía cruzó los mares y arraigó en América. Hoy en todos los países americanos con raras excepciones entre las que se encuentra Venezuela se rinde culto artístico al Títere, espejo grotesco de miserias y principio ingenuo de liberación espiritual.

Toda la gama de pasiones absurdas que conturban el espíritu occidental, tiene cabida en los cuerpos grotescos de la Gran Familia constituida por los títeres y sus vocecillas chillonas y estentóreas no cesarán de renegar de ellas y pregonar a voces el axioma universal de la belleza. No existe en la naturaleza medio más adecuado para compenetrar al hombre con la miseria de su alma y con sus brotes de belleza, que estos grotescos monigotes de la Gran Familia, sin atender al truco que les da vida, ya sean hilos o la mano ágil del titiritero que como el alma del mismo campea a sus anchas dentro de la tosca funda de tela que hace el cuerpo del pequeño cabezudo.

La Gran Familia de los Títeres podemos clasificarla atendiendo a los medios que la animan, a su aparato motor, hilos o dedos. Está integrada por Marionetas o Fantoches, o por Títeres de hilo y por Títeres de cabeza, o de cahiporra, o llanamente Guiñoles, además de sus distintas variaciones y formas de manipularlos.

Al lado de estas encontramos al pelele, que es como el hijo prodigo de la Gran Familia, el que renegando del Teatro baila mudo por calles y por las plazas en manos de los niños y de los viejecillos. Es el títere primitivo y primigenio.

No podemos decir del Arte de los Títeres, que sea un Arte Español. No existe, ni siquiera, en nuestro idioma el vocablo castizo que lo designe, y así tenemos que nombrarlos con voces extranjeras llamándolos Marionetas o Guiñoles. Por otra parte, es un Arte excelentemente universal. Sus personajes--Polichinela, Colombina, Silvia, Arlequín, Don Pantaleón, La Madre, El Doctor, etc-, aunque originarios, la mayoría de la Península Itálica, han tomado fisonomía propia en los diversos países en donde se han presentado, y así tenemos el Polichinela Francés, vehemente y enamorado, un ser distinto del burgués, picacho y pendenciero que es el Polichinela Napolitano. No es otro que el mismísimo Señor Polichinela, el Don Cristobal y el Cristobita Hispanoamericano, que anima la más aguda gracia e ingenio de nuestra raza. Muchos de los miembros de la Gran Familia, que como vemos, es única e indivisible, nacieron en Lyon, donde mayor auge e incremento ha gozado el Teatro de Títeres. En La Madre tenemos uno de ellos, con todas sus carecterísticas de Celestina Francesa. Algunos tipos folklóricos de diversas naciones han subido al Teatro de Títeres, pero su actuación se ha limitado a su país de origen y a veces a sus convecinos. Pudieramos decir de ellos que son los parientes lejanos de esta Gran Familia en que ejerce la patria potestad el Señor Polichinela. Es un Fenómeno muy americano este último al que me he referido, y así se ha visto en nuestras repúblicas desfilar por el Teatro de Títeres a personajes de corríos y de cuentos populares poniendo en él la nota característica de un pueblo y de una cultura más evolucionada.

EL TEATRO

Como apuntamos en un principio, parece que en civilizaciones tan avanzadas como la egipcia, el teatro de títeres gozó de alta consideración, sin duda alguna por la fuerza anímica que de él se deriva. La nuestra busca los orígenes de un teatro de títeres en las Casas de Muñecas de la Edad Media, donde según parece desarrollaban los muñecos a la vista de los espectadores una verdadera comedia, manejados por burdas manos humanas. El instinto de perfección realzó el espectáculo escondiendo el truco y dando así auge mayor a la fantasía. Y nació el teatro de títeres, en el que los muñecos actúan movidos por hilos (marionetas), o por la propia mano del titiritero (titere de guante, guiñoles). En el teatro de guiñoles se ha pretendido ver la forma primigenía del teatro de títeres (occidental), sus comedias de por sí más simples que en el de marionetas, en el que suelen crearse complicaciones, el decorado más rudimentario y la acción del muñeco más elemental, ya que muchas de ellas, ni siquiera llevan piernas, y las que la tienen recurren a la barandilla del proscenio para dejarlas ver a los espectadores. Hoy en día, el teatro guiñol ha adquirido mayor desarrollo, lográndose efectos realmente asombrosos por medio de trucos mixtos que ultilizan hilos inferiores para mover las manos del muñeco, mientras su cuerpo es animado por su soperte de madera que descansa en el cinto del titiritero (títere de barilla). El escenario que primitivamente no tenía más que un primer término, se ha desplazado hacia el foro en nuevos planos, utilizando a la vez diversas alturas, ventanas, balcones y montículos para hacer actuar en ellos al muñeco. Este teatro, aunque más primitivo en la forma, goza de alta virtud en su fondo que, por contraste se inpone enérgicamente al espectador. Es el teatro crítico por excelencia.

Entre las formas más primitivas del teatro guiñol merece mención el Teatro Turco de Guiñoles, que actuaba, desde finales del siglo XIX y en el pasado, en las aldeas balcánicas y en Rusia. Tenía forma de vitrina desmontable, soportes y descansos para los muñecos que no entraban en acción. El titiritero iba parado en el medio, escondiendo la mitad superior de su cuerpo en una gran bolsa de tela que remataba en un aro de metal. Constituía ese aro el proscenio o barandilla del espacio en que actuaba el muñeco ante un simple tapete de colores, que cerraba el foro sirviendo de decoración. El teatro de guiñoles es alto ya que el titiritero debe permanecer de pie escondido tras la fachada del mismo. El teatro de marionetas es, por el contrario, bajo, puesto que el titiritero debe mover los hilos tras la cornisa del teatro que debe ocultar por completo su cuerpo. De este último teatro poco tenemos que decir, aunque haya mucho que decir de él, ya que en el siglo pasado todos o casi todos entre la primera decada hasta los cuarenta, en América, pudieron admirar el de Podrecca y su mágica realización técnica que lo llevo a facinar hasta la gran meca del cine, Hollywood. Era insospechada la variedad de trucos al que podía recurrir este virtuoso actor de marionetas quien día a día, asombraba al mundo con sus creaciones cada vez más maravillosas como la que en la decada de los treinta cautivo a todo el continente americano, con su compañía LOS PICCOLI DE PODRECCA y su " OPERA POR RADIO" donde todos los generos teatrales, luces y colores para todos los ojos, y canciones para todos los oidos, conformaban este regalo de dioses donde participaban 15 principales artistas líricos, 15 marionetistas operadores, una orquesta clásica, contando con 300 decorados, 800 Piccoli (marionetas) y más de mil trajes. A Podrecca se le debe, junto a Lola Cueto y su grupo El Nahuatl, a ver sembrado su magia e inspirado a cientos de titiriteros, quienes en el continente américano comenzaron a desarrollar este noble arte a partir de su visita, como paso en Venezuela, Colombía y muchos más. Es justo reconocer en el teatro de marionetas un campo más propicio que el de guiñoles y una materia menos ingrata, para la realización técnica de la obra. Lo que el otro le aventaja en espíritu lo equilibra éste en su forma casi perfecta. El movimiento del muñeco es por lo general más elocuente y la riqueza de su decorado puede hacerse infinitamente mayor. El Teatro de Títeres de Leningrado, La Tia Norica y los Piccolli de Podrecca en Italia merecieron los más altos elogios, que los sitúo en el plano máximo de este dificil arte del muñeco. La comedia, que como hemos visto es simple y primitiva en el guiñol, adquiere mayor detalle y relieve el el teatro de marionetas. Es por el escenario de este último que han desfilado con todo el encanto de su magia casi todos los cuentos de hadas (Pierrault, Andersen, Grimm...) Rara vez visitan el escenario de marionetas las viejas figuras de la Gran Familia, y si lo hacen podemos afirmar que lo realizan a modo de turistas. Son ellos primitivos y prefieren refugiarse en las banbalinas del guiñol.

LA COMEDIA

Hemos esbozado la diferencia que existe entre la comedia del guiñol y la comedia de marionetas. La una de tendencia simplista, primigenia y de alta calidad emotiva; la otra exuberante, maravillosa, de complicada forma, pero ambas, materia viviente donde polariza la luz de lo popular; en su música, en sus chistes y en sus intenciones.

La de marionetas evadiendo lo popular al tratar de superarse, pero conservando en su expresión todo su acento. Y es que la influencia popular y humoristica son características inaplazables en toda comedia de títeres

En Italia como en Francia, no vaciló el autor anónimo en hacer subir las viejas figuras de la farsa y de la comedia del arte, que constituían la más cálida expresión de lo popular, en su escena de muñecos, y si en España fueron los mismos los que actuaron en un principio se vieron investidos de características vernáculas que les daban fisonomía netamente hispana. Con el tiempo eran expresión viviente en costumbres, colorido y poesía del espíritu popular español, y así encontramos en Garcia Lorca la figurilla pizpireta de Doña Rosita, que es gala de su genio en el Retablillo de Don Cristobal. En América casi se ha desistido de las viejas figurillas clásicas para dar cabida en la escena de los títeres al Ratón Perez, a Tío Tigre, a Tío Conejo y a tantas otras figuras del folklore que han regocijado la mente de grandes y chicos.

 

Fuentes consultadas:

Biblioteca de trabajo venezolana, Revista Educación "El Teatro: Sueños, magia y vida, Colección Testigos de nuestros tiempos (II) Caracas, Ediciones: Coperativa Laboratorio Educativo, 1983, No 20, 22 - 36 p, Depósito Legal: 79-0032p.p

Carantoña, Telba. Para Recordar cuaderno pedagógico, Maiquetia, Edo. Vargas, Ediciones: Fundación Telba Carantoña, 2000, 8-11 p

Reyes, David de los. Memorias de Eduardo Calcaño,Bogota, Colombia, Ediciones Musiké, sexta edición,1979, 88-94p

Valente,Jesus, El maravilloso mundo de los titeres, En: Periodico Teatrino:Organo divulgativo del Teatro de títeres en Venezuela,Año II No 3, Caracas, Ediciones: Asociación Civil Cultural Teatrino, impresíon Daily Journal

 

 

 

 

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